Death Row

Death Row —en realidad, la parte de una prisión donde los reclusos esperan su sentencia de muerte— en este caso describe la celda de la película del muchas veces difunto actor Danny Trejo. En más de 260 largometrajes, más de 230 episodios de series y 30 cortometrajes, Danny Trejo ya ha muerto más de 100 veces. El actor estadounidense de ascendencia mexicana nacido en 1944 se convirtió en adicto a las drogas a la edad de ocho años, seguido por el tráfico de drogas y los robos cuando era adolescente y finalmente pasó varios años en prisión en las décadas de 1960 y 1970. Renunciando entonces a las drogas y al crimen, llegó al cine a mediados de los 80 a través del boxeo. Siguieron numerosos papeles pequeños y secundarios como criminal, gángster o forajido. Desde la década de 2000, paralelamente al creciente número de sus producciones cinematográficas, también han aumentado sus muertes cinematográficas. Recorriendo el cine de género estadounidense, Death Row (en este caso, también «fila de muertes») organiza todas sus muertes en pantalla, desde la acción y el suspenso hasta el terror y la comedia, la ciencia ficción y la fantasía. Pero sus muertes también incluyen documentales de televisión, películas para niños y videos musicales. Así como Danny Trejo es asesinado y destruido repetidamente —junto con su posterior resurrección—, Death Row desarma cientos de cuerpos fílmicos en partes individuales para volver a ensamblarlos en algún sitio entre el documental, el ensayo, el metraje encontrado, el supercorte y el clip de Youtube. En los cambiantes formatos de película, tamaños de toma, efectos especiales, bandas sonoras y en las formas más diversas de matar, Death Row muestra a un hombre aparentemente imposible de matar. A lo largo de los años, «El Chicano Malo», mucho más allá de sus logros para la comunidad latina, se convirtió en una figura inmortal y de culto.